jueves, 20 de septiembre de 2012

Metodología del orden

Sign of the Bene Gesserit by Brian Tyler on Grooveshark 

"Arrakis enseña la actitud del cuchillo... cortar lo que es incompleto y decir: "Ahora ya está completo porque acaba aquí"" - Dune, Frank Herbert.

El orden es un proceso costoso. Acometer el caos que durante años ha campado libre por los rincones de lo visible, catalogarlo, compartimentarlo y estructurarlo se convierte en una labor minuciosa y lenta, muy lenta.

El orden es el hijo de la lógica y sólo puede imponerse mediante un método aséptico y quirúrgico, como el de un cirujano al extirpar un tumor o el ritual necesario para comer pescado. Como en estos procesos, no es solo lo sistemático del proceso lo que garantiza el éxito sino también esa peculiar filosofía arrakena en torno a los extremos afilados, el separar lo útil de lo obsoleto, lo sano de lo enfermo. Convertir lo incompleto en completo al eliminar lo sobrante, aquello que lo lastra y pervierte.

En ese ejercicio se quedan atrás bolígrafos que ya no escriben, instrumentos que ya no uso y documentos que ya no necesitaré volver a leer, pero también bocetos que nunca acabaré, ideas que jamás desarrollaré o recuerdos que ya no tienen significado para mi. Esa parte de mi pasado sacrificada al todopoderoso Tiempo y que tan sólo era ya un jirón alimentando el caos.

En esa pretensión de completitud uno se plantea dónde reside el extremo, por qué ha de cercenarse aquí y no allí, eliminar esto y no aquello. Son las propias matemáticas del orden las que determinan la solución, tomando las riendas antes de que la mente o el corazón se planteen que, en realidad, todo es transitorio, todo es prescindible, y que con el cuchillo en la mano un cirujano bien puede transformarse en asesino sin apartarse de la misma línea de pensamiento. Benditas ecuaciones autorresolubles.

Y así transcurren los días, con la frontera entre los reinos del Orden y el Caos reconfigurándose lenta e inexorablemente bajo la implacable máquina de guerra del primero, mientras la mano que sostiene el cuchillo realiza su labor sin una sombra de duda y la mente tras ella se cuestiona si la matemática será tan precisa en el momento en que la punta deje de apuntar hacia fuera y deba dirigirse hacia dentro.

Grey Arkhane

domingo, 16 de septiembre de 2012

Cada simple frase

Closer by Kings of Leon on Grooveshark

Abre los ojos a la niebla que ahora es tu vida. Desembarázate de los sueños que se agolpan en las lindes de la inconsciencia para azotar tu conciencia hasta el último resquicio de tiempo, asume el dolor de tu cuerpo como su estado natural y levántate a saludar al nuevo día que siempre madruga más que tú.

Sumérgete en el agua hirviendo de tus tribulaciones, inhala el vapor ardiente y sueña con ahogar tus pensamientos en él, suave muerte que arruga tus dedos, pero escapa en el último instante, de vuelta a los fantasmas de tu presente que no son sino aquellos otros tú que han logrado ser felices. Olvídalos. Olvida.

Que tus manos sean las artífices del cambio. Desplaza la madera y el conocimiento, mueve bosques de tinta y efigies de héroes y dioses cuyos nombres ya no recuerdas. Siente su peso sobre tus hombros, el tirante entramado de nervios que esconden tus brazos tensándose al aceptar su carga, el sudor resbalando por tu rostro y la base de tu espalda, llevándose consigo los demonios que aguardan bajo tu piel. Conviértete en el trabajo, en la acción pura, olvida que eres persona, olvida que eres hombre, olvida tu rostro y tu nombre y sé la fuerza del cambio que mantendrá todo exactamente como estaba. Exorcízate, oh, espíritu impuro, sana en la niebla de tu nueva existencia y olvida. Olvida.

Sigue el curso del sol destruyendo los extremos incompletos de tu historia ya cerrada, elimina los esbozos de proyectos inacabados, los bosquejos de diseños irrealizados, los bocetos de futuros nunca alcanzados. Selecciona, rompe y rasga. Impón de nuevo el orden a lo que te rodea, convierte tu historia cerrada en el pulcro reflejo tamizado que abomine del caos en que te convertiste, hasta que tú mismo acabes por creer en ello. Reniega de la incertidumbre y la apatía que marcaron ese pasado que ya no existirá nunca más. Olvídalas. Olvida.

Asiste a la muerte del sol y da gracias a los dioses de esta vieja tierra. Un día más, un paso más en la niebla que ha de sanar tu espíritu.

Entonces lee sus palabras llamándote entre un público invisible y silencioso, siente esa opresión en tu pecho que cada simple frase despierta, evocando el candente dibujo de las marcas sobre tu piel, arrastrándote de vuelta a cada uno de los rincones que perdiste. Escucha su voz susurrando tu nombre, convocando a las armas a cada uno de los recuerdos que juraste olvidar. Recuerda.

Recuerda. Y abre de nuevo todas tus heridas.

Grey Arkhane

Tras el último umbral

Death by AoE on Grooveshark 

Con el sordo retumbar del cuero viejo al aprisionar las últimas páginas del libro que ahora cierro, despierto de un sueño de diez años.

A mi alrededor sólo queda la niebla gris y vaporosa que habita cada rincón de esta ciudad, antigua, onírica y atada a mi espíritu con el peso de trece generaciones de reyes tallados en piedra. Niebla que se respira, húmeda y fría, sanadora del alma quebrantada en el largo sueño.

El mundo se ha movido desde la última vez que habité este lugar. Despierto a un hogar que me encuentra cambiado, marcado mi rostro de arrugas, trazado mi pelo de plata, surcado mi corazón de grietas, reseco y curtido por la larga batalla en cuyo sentido nunca llegué a creer. Y tras el sueño queda la certeza del dolor sufrido, de la integridad perdida y la inocencia sacrificada a cambio de una apenas hipotética sabiduría. Qué precio tan alto para una victoria tan incierta.

Suspiro ante este despertar que me convierte en un extraño en mi propia tierra, en alguien tan distinto y no mejor que quién cerró los ojos hace una década para vivir el sueño de Ícaro. Demasiado cerca del sol, víctima de mi orgullo, el último umbral atravesado de vuelta a la vigilia devuelve los restos de un hombre quebrado por el peso de su propia convicción, el interior repleto de sombras y ruinas, de historias medio olvidadas y lecciones desaprendidas.

Y ahora, libre del sueño, doy los primeros pasos solitarios de este tránsito en la niebla cuyo vaporoso tacto me devuelve los susurros de los viejos dioses y la promesa de una ansiada curación, pero tras cuyo manto espectral alcanzo a advertir el implacable juicio de los ojos verdes del Destino.

Grey Arkhane