sábado, 31 de marzo de 2012

Lo que quedaba a su paso

Song of Aeolus by Vários on Grooveshark

Conocía aquellas miradas, aquellos ademanes de muertos vivientes, cadáveres que por alguna razón no habían completado su último viaje. El vello en sus antebrazos se erizó: Sabía bien lo que había ocurrido, lo había visto otras veces.

Las crónicas de otras épocas en los que sucesos como aquel eran más frecuentes a menudo ignoraban esa parte, al igual que resultaba muy probable que el pequeño pueblo de Arinde por el que ahora paseaba, aún habitado, apareciese en los anales del Reino seguido de la frase "fue arrasado por la criatura" como si todo hubiera ocurrido en un abrir y cerrar de ojos, como el tajo misericordioso de un verdugo, fruto de un chasquido de dedos. O de fauces.

En parte, se consoló, había sido cosa suya y de otros como él que el espectáculo dantesco que aparecía ante sus ojos fuese cada vez menos habitual. Esperaba que el negocio que le había traido hasta allí se saldase con una notable contribución a tal hecho. Pero, por desgracia, a Arinde ya no le servía para nada.

Las crónicas relataban en ocasiones el momento del impacto, la destrucción de hogares, empalizadas y huertos. Las llamas, la sangre y los cadáveres (o trozos de ellos) lanzados a través del caos como muñecos de paja. Los gritos, las muertes y el terror. Cuando se trataba de una criatura como aquella, las crónicas contaban que pocos sobrevivían y menos aún dejaban constancia fidedigna de los sucesos. Era mentira, por supuesto. Lo que los imaginativos escribanos nunca contaban era que en los lugares arrasados sí sobrevivía gente. Puñados inconexos de hombres, mujeres y niños de lo que antaño habían sido pueblos de cientos de personas, la mayoría de ellos tullidos y con la mente irreparablemente tocada por lo que habían contemplado. Supervivientes a los que habían arrebatado su vida entera...sin permitirles morir. Criaturas grises, ausentes y de mirada vacía que arrastraban en su lenta agonía el peso de los fantasmas de sus familias, amigos y vecinos por las ruinas de sus viejos hogares. Las crónicas tampoco contaban cómo muchos regentes enviaban discretos destacamentos de hombres a acabar lo que los monstruos dejaban, evitando así que aquellos despojos humanos formasen en salvajes bandas, más bestias que hombres, y asaltasen hambrientos y desesperados a comunidades vecinas, viajeros o comerciantes.

En Arinde aún no se escuchaba el tintineo del acero y el ondear de estandartes, pero sí los sollozos y el crepitar de los fuegos aún no extintos. Apenas un par de horas, quizá, no más de media jornada. El rastro era reciente y claro, sabía a dónde se dirigía. Su mano diestra acarició inconscientemente el pomo del arma que llevaba cruzada a la espalda, y espoleó a su montura para ponerla de nuevo al trote. Faltaba poco y, con suerte, no habría otro Arinde. No más siluetas de ojos muertos deambulando temerosas por entre los restos de sus vidas destruidas, desvaneciéndose al paso de los días con la única esperanza del piadoso momento en que finalmente sus corazones dejasen de latir y pudieran dejar atrás el horror.

Iba a matar al Dragón.

Grey Arkhane

miércoles, 21 de marzo de 2012

Sonetoide nostálgico

Fairground by Simply Red on Grooveshark

Quiero huir a un lugar donde sea pasado
y desnudarme del viejo sayo lastrado
de los errores que jamás trajeron sabiduría.
Revivir el llorado cadáver de la alegría

Quiero volver a sentir al mundo respirando
con el brillo cálido de un atardecer de verano
y sonreir al vagar de las estaciones.
La fe de un niño en sus oraciones.

Y el calor que me fue arrebatado,
el fulgor ardiente y puro
de un alma de joven norteño.

Pero sólo queda el gris resquebrajado
de la vejez desengañada con el futuro,
encerrada entre vil asfalto y acero.

Grey Arkhane

sábado, 3 de marzo de 2012

Terapia de choque


Ora et labora: El largo camino se completa con pequeños pasos. O como diría el maestro (cita apócrifa de una cita apócrifa), ser el mejor no consiste en que no te den, sino en que te den menos que a los demás.

Y santas pascuas.

Grey Arkhane